La compra de un inmueble o incluso de invertir en bienes raíces puede ser un tema delicado para cualquier persona. Aunque digan que el dinero no lo es todo en la vida, sí “lo es todo” cuando toca destinar los recursos que costaron tanto tiempo y esfuerzo en obtener… pues es una decisión importante que se debería de pensar no una, sino varias veces.
Quienes deciden comprar un inmueble, ya sea casa o departamento, probablemente no volverán a hacerlo, puesto que el sueldo promedio del mexicano con un nivel académico superior al bachillerato es una renumeración que limita a muchos en poder realizar una inversión de esta magnitud varias veces en una vida; así que uno suele quedarse con éste único “bien”, dándole más peso e importancia aún a la decisión de compra.
Ahora, si piensas que invertir en inmuebles sólo es para los “ricos”: grandes accionistas o multimillonarios, pues te equivocas. Sigue leyendo…
Cualquier tipo de persona que quiera comprar un inmueble o invertir en bienes raíces, sí o sí, pasa por un proceso sumamente importante de selección, debate y eventualmente decisión.
Dicho proceso genera muchas dudas e incertidumbre, especialmente cuando uno no es experto en el asunto, por lo que conocer las diferencias entre ambos casos, podría ser crucial. Aquí te explicamos las distinciones e intentaremos orientarte para que puedas tomar la mejor decisión.
¿Eres de los que dicen “¡Quiero y necesito una casa, ya!”?
Comprar un inmueble tiene ventajas que repercuten a mediano y largo plazo en muchos aspectos a tu calidad de vida y a la de tu familia (si es que ya cuentas con una).
Pero, ¿te has puesto a analizar o a investigar lo complicado y estresante que puede convertirse la compra de un inmueble?
En muchas casos, el problema de no poder comprar un inmueble surge por la falta de un trabajo que brinda las prestaciones laborales básicas para poder lograr una transacción de tal calibre. Y por consecuencia, esto conlleva a no poder adquirir un crédito como los que ofrecen las conocidas Instituciones: Infonavit y Fovissste.
Por otra lado, si eres candidato a solicitar un crédito bancario, tienes que informarte bien sobre los plazos e intereses que tendrás que pagar, la forma en la que te descontarán el dinero, si puedes hacer pagos a capital para reducir pronto tu deuda, etc. Por lo tanto, un crédito podría ser un primer obstáculo.
Aguanta. Ahí no termina el cuento…
Si ya tienes los requisitos para que te den un crédito, otro problema común con el que te puedes enfrentar al comprar un inmueble es que requieres de una suma de dinero extra.
Y no hablamos del dinero que abarca el crédito que se te otorgue, sino del dinero que implica todo el papeleo que tienes que hacer como la escrituración, investigar algún tipo de adeudos o impuestos pendientes, entre otros trámites.
Además debes contemplar los honorarios de un notario público que te ayude a revisar detalles del lugar que son importantes y deben revisarse ante el Registro de la Propiedad y/o un valuador que te oriente sobre el estado del inmueble en cuanto a la construcción, todos los espacios que abarca el predio, etc. En algunas ocasiones estos profesionales inmobiliarios cobran un porcentaje de acuerdo al valor del avalúo.
Tampoco olvides todo el tiempo que requieren los trámites de escrituración, la entrega del inmueble, la mudanza… no todos disponen de esto y todos sabemos que el tiempo vale oro.
En fin, comprar un inmueble no es algo imposible, pero vaya que debes mentalizarte y prepárate por la jornada de decisiones que te esperan para hacer este gran desembolso.
¿Existirá una alternativa más fácil, con menos tiempo de espera y definitivamente menos estrés? Sin duda existe: Invertir en bienes raíces. Porque NUNCA fue tan sencillo como hoy.
Así es. Invertir en bienes raíces ya no es exclusivamente para grandes accionistas o multimillonarios.
Es decir, el sector afluente de las sociedades sigue siendo el aplicante principal en el mundo de las inversiones, pues todos sabemos que lo peor que le puedes hacer a tu cartera es tenerla abajo del colchón o en un banco sin moverse.
Con la inflación natural anual del 5% al 7%, los $100 pesos que tuviste en enero del 2017 no son los mismos $100 en el 2018. Entonces, aquel con un nivel de vida opulenta sigue y seguirá creciendo los dígitos en sus cuentas bancarias, cada vez diversificando su portafolio de inversiones para no tener todos sus huevos en una canasta.
¿Y qué pasa con los que tienen su colchón de ahorros pero no en cantidades exorbitantes?
Pues ahora está la opción para que también inviertan su dinero y no sólo en CETES, si no en bienes raíces y con cantidades mínimas. Esto debido al crowdfunding inmobiliario, también conocido como fondeo colectivo inmobiliario, una una nueva forma de invertir y crecer tu dinero mediante inversiones en bienes que tú eliges.
El crowdfunding inmobiliario es la manera en la que puedes apoyar a desarrollos de bienes raíces que necesitan financiamiento para concluir la obra o necesitan una remodelación. En pocas palabras, tu aportación en el financiamiento de un proyecto así, junto con la participación de más personas hace posible el levantamiento de un edificio, una casa, un hotel, prácticamente ¡el desarrollo que sea! Sin ti no se lograría dicho objetivo.
Imagínate. Poder ser parte de la edificación de un inmueble. Es una oportunidad difícil de dejar pasar porque además de estar ayudando a la economía del país, estás ayudando a tu propia economía.
¿Pero qué más se gana?
Te explicamos cómo funciona la plataforma online que tenemos en Expansive y te ponemos a disposición a cualquier miembro de nuestro equipo – SIN compromiso alguno – para orientarte y ayudarte a entrar en este universo de los bienes raíces.
Ahora bien. ¿Quiénes ganan y cómo?
GANADOR 1. El desarrollador.
Por una parte y gracias al fondeo colectivo, los desarrolladores logran conseguir el capital que necesitan para financiar su proyecto y seguir construyendo y/o remodelando su inmueble
GANADOR 2. El inversionista.
Al “meter” su dinero en un desarrollo, el inversionista (o sea, tú), obtiene rendimientos de acuerdo al capital que se invirtió. Es decir, si se metieron $100 pesos y el rendimiento anual es del 13%, al final del desarrollo se regresan al bolsillo del inversionista los $100 pesos iniciales más los $13 pesos que se ganaron en intereses (a este interés se le descuentan impuestos pero eso lo podemos explicar en otro post)
GANADOR 3. Expansive.
Expansive gana porque conecta y reúne a inversionistas con desarrolladores inmobiliarios para que las dos partes consigan una mejor alternativa a las existentes en el mercado. Así de sencillo.
Es un WIN-WIN-WIN.
Sin embargo, también existen 2 caminos u opciones si lo que te interesa es el crowdfunding inmobiliario. Estas dos formas son: deuda y coinversión.
1. Deuda. Estos proyectos son los menos riesgosos puesto que tu inversión está respaldada por una garantía real hipotecaria de 2 a 1, (quiere decir que el desarrollador debe dejar a Expansive una garantía con un valor del doble que el monto prestado).
Además se entrega un pagaré emitido por el desarrollador a nombre de Expansive y se hace un contrato donde se especifican los rendimientos y demás condiciones.
2. Co-inversión. Inviertes tu dinero directamente con el desarrollador para llevar a cabo el proyecto. Aquí no existe una garantía real hipotecaria, es únicamente en contrato y pagarés. La tasa de interés se conoce hasta el final del proyecto y puede ser mayor o menor de lo estimado. Esto también está especificado en un contrato.
Si quieres conocer más detalles, te recomendamos leer el artículo: ¿Qué me conviene deuda o coinversión?
Así que ya no hay excusas para indecisiones. Ya tienes una pequeña introducción sobre los beneficios que ofrece el fondeo colectivo en bienes raíces y las diferencias sobre invertir en crowdfunding inmobiliario y comprar un inmueble.
La decisión está en ti. Piénsalo, pero no tanto. No caigas en el análisis del parálisis.
¡Sigue tu instinto y toma la mejor decisión para tu futuro!