Pocas personas han podido aprender desde casa temas básicos respecto al dinero: ¿por qué es importante ahorrar?, ¿cómo debo guardar el dinero, alcancía o banco?, ¿qué es ahorrar y qué es invertir?, ¿en qué puedo invertir mis ahorros?, ¿en qué momento utilizar una tarjeta de crédito?, ¿qué son las compras por impulso? En fin.
Responder las preguntas anteriores podría ser de lo más esencial, sin embargo, tampoco en la escuela se imparte alguna materia que impulse a tener una mejor educación financiera y, aunque existen iniciativas por parte de otras personas o instituciones gubernamentales y privadas, aún no se hace de manera oficial.
Pero esto no es un problema exclusivo de México. Una encuesta hecha por el Centro Global en educación financiera de la Universidad de George Washington, buscó medir cuatro conceptos básicos del manejo del dinero: aritmética básica, interés compuesto, inflación y diversificación del riesgo.
Esta prueba se hizo a 150.000 adultos en más de 140 países. Se consideraba que los encuestados tenían “alfabetización financiera” si contestaban correctamente a tres de los cuatro conceptos.
¿Los resultados? Solo uno de cada tres adultos contestó de forma correcta los cuatro temas, por lo que los académicos concluyeron como “bajos niveles de educación financiera en el mundo”.
Por lo tanto, se necesitan mayores programas o propuestas que fomenten la educación financiera, lo cual nos lleva a lo siguiente: si existe mayor información al respecto ¿el mercado podrá ofertar los servicios suficientes para todos?
Inclusión financiera: una forma de promover la educación financiera
Actualmente existen muchas herramientas digitales y presenciales con las que puedes tener un mejor control de tus finanzas personales, ya sean apps, tutoriales, cursos, pláticas o talleres en los cuales, su finalidad es orientarte sobre temas referentes a la gestión del dinero.
A su vez, han surgido empresas que encuentras por medio de internet y con las que en menos de 3 minutos puedes realizar una transferencia, un pago o hasta solicitar un crédito.
Las empresas que ofrecen servicios financieros por medio de cualquier tecnología, son parte del sector fintech, y es importante saberlo ya que todo lo anterior es parte de una estrategia por fomentar la inclusión financiera en México.
La inclusión financiera no es más que dar acceso a productos financieros útiles y asequibles que satisfagan necesidades de manera responsable y sostenible. En otras palabras, hay que facilitar tanto a personas como a las empresas, el realizar transacciones, pagos, tener cuentas de ahorros, obtener créditos o seguros, sin tantas trabas o requisitos.
Importancia de la inclusión financiera y algunos obstáculos a erradicar
El acceso a servicios financieros facilita la vida cotidiana, ya que ayuda a las familias y las empresas a planificar para todo, desde los objetivos a mediano o largo plazo hasta las emergencias imprevistas.
Por otra parte, la tecnología financiera y en particular el aumento del uso de teléfonos móviles a nivel mundial, han facilitado la ampliación del acceso de las pequeñas empresas y poblaciones difíciles de alcanzar a servicios financieros a un costo más bajo y con menos riesgo.
Aunque, a medida que los países han apresurado sus esfuerzos con miras a la inclusión financiera, ha quedado en evidencia algunos obstáculos que les impiden avanzar. Estos obstáculos comprenden:
- Establecer marcos sólidos de protección del usuario de servicios financieros y adaptar las pertinentes entidades responsables de la reglamentación y la supervisión, por ejemplo, utilizando la tecnología para mejorar la supervisión (la tecnología al servicio del cumplimiento de las reglamentaciones del sector financiero [RegTech]).
- Aumentar la capacidad y los conocimientos (educación financiera), de los ciudadanos para que puedan entender los diferentes servicios y productos financieros.
- En todo el mundo, la falta de documento de identidad dificulta abrir una cuenta bancaria, tener acceso al capital o al crédito, por lo que se debe asegurar que todos tengan documentos de identidad válidos y que se puedan legalizar fácilmente y a un bajo costo.
- Idear productos financieros útiles y pertinentes, que se adapten a las necesidades de las personas.
- Garantizar que el acceso y los servicios financieros lleguen a las grupos difíciles de alcanzar, como mujeres y gente de escasos recursos en zonas rurales.