Reducir distancias, compartir gastos, tener un espacio para tus reuniones, mantener a tu mascota contigo, pagar renta por un lugar que no tienes que amueblar, caminar unos cuantos pasos y practicar yoga, crossfit o cualquier actividad son sólo algunas comodidades por las que los millennials están apostando por los co-livings.
El co-living es un nuevo estilo de vida, pero va más allá de compartir un departamento con varias personas o amigos. Un co-living ofrece (generalmente) espacios amueblados, incluye una gran variedad de amenidades para todos los inquilinos como área de lavado general, cocina comunitaria, gimnasio, sala de cine, zonas para fiestas, además de ser altamente flexible en cuanto al plazo de estadía –desde días hasta años–, entre otras características muy interesantes.
El boom por este tipo de desarrollos surgió en Silicon Valley y se fue extendiendo a grandes ciudades como Los Ángeles o Nueva York entre otras urbes, pues los jóvenes emprendedores que iban en busca de nuevas oportunidades se encontraban con la sorpresa de que el costo de la vivienda rebasaba por mucho sus expectativas.
Al ser este un problema repetitivo, los desarrolladores mezclaron la necesidad de encontrar vivienda accesible por parte de los jóvenes con otra tendencia exitosa: los co-workings.
En un co-working se puede ocupar desde una oficina hasta un escritorio y lo demás como salas de reuniones, comedor, terrazas, sanitarios y más, se comparte junto con otras personas con las que no necesariamente se tiene una relación laboral. Con esto se logra reducir gastos, utilizar espacios de una mejor manera, además de ser un excelente medio para hacer networking.
Por lo tanto, el co-living -al igual que el co-working- se origina en zonas urbanas donde algunos de los millennials, además de sus horarios de oficina son freelance y continúan el trabajo en casa por lo que requieren un lugar con todas las comodidades posibles y a un costo comprensible.
Los llamados co-livers, suelen ser jóvenes autónomos, vinculados a las nuevas tecnologías, creativos, emprendedores y que buscan, no sólo un espacio que puedan permitirse pagar, sino experiencias como: crear una comunidad inspiradora, participativa y en la que todos puedan crecer de una forma intelectual, profesional y personal.
El co-living también es una gran alternativa para jóvenes profesionales que simplemente evitan lidiar con un compromiso tan grande como lo es un crédito para un departamento y mucho más en este tiempo, en el que la precariedad laboral puede dificultar el acceso a la vivienda.
¿Qué hace diferente un co-living a rentar con o para roomies?
Para quienes han tenido la experiencia de rentar con “roomies” sabe que puede ser un arma de doble filo. Puede que te toque con personas con las que fluyas como pez en el agua o puede tocarte con otras con las que tendrás muchas discusiones.
Además debes cumplir contratos estrictos, contar con un sinfín de papeleo, requisitos, depósitos, los espacios son reducidos, pueden haber restricciones como: no fiestas o no mascotas.
Por otra parte, del lado de los dueños de espacios, el co-living también es una gran opción, pues les permite que tengan menos problemas para ocupar sus propiedades, acondicionarlas y atender quejas de inquilinos.
Co-living en México: Lento pero seguro
Como lo leímos antes, el crecimiento urbano no es algo nuevo, inicialmente se vio impulsado por las migraciones del campo a la ciudad y más recientemente por la migración internacional.
Y como es de esperarse, con tanta demanda no es nada sencillo encontrar lugares para vivir en la ciudad de México y sobre todo a un buen coste-ubicación. Incluso puede ser un tremendo pesar.
Según diversos sitios de internet, vivir sólo implica desembolsar para una renta entre los $5,000 y hasta $20,000 según la zona que te interese. A este gasto hay que sumar servicios como (luz, internet, agua, etc.) y contemplar comida, algunos muebles y electrodomésticos, una pequeña despensa, transporte.
Respecto a los precios dentro de un co-living, aunque aún existen muy pocos desarrollos en México, según expertos, pueden llegar a ser hasta 30-40% mejores sobre otras opciones de renta en la zona.
Por otra parte, según cifras del INEGI casi la mitad (48%) de los 20 millones de mexicanos entre 20 y 29 años aún vive con sus padres, por lo que el mercado para los desarrollos de co-livings es muy grande y aunque la tendencia ya haya llegado a México, los oferentes aún son pocos.