Expansive opina…
Jorge Gamboa de Buen fue Coordinador General de Reordenación Urbana del Departamento del (antes) Distrito Federal. Actualmente es director del desarrollo de negocios de Fibra Danhos, por lo que su amplia trayectoria en el sector inmobiliario le ayudó a plasmar en este artículo un gran preámbulo sobre cómo fue evolucionando el mercado inmobiliario en México a través del tiempo.
Él explica que en los sexenios previos al presidente Salinas de Gortari, tanto la economía como el desarrollo inmobiliario estaban totalmente detenidos. Sin embargo, a partir de 1988, el TLCAN propició la inversión extranjera y como lo comenta:
“Así se inició un círculo virtuoso porque se contó con una nueva generación de empresarios, una economía sin inflación y un gobierno promotor, aunados a una apertura comercial y competencia.
Cuando afirmo que hubo un cambio de generación y se creó la profesión o la disciplina del promotor o desarrollador inmobiliario, es porque había gente que se dedicaba todavía a otras cosas: textileros muchos de ellos, industriales en otros ámbitos, o eran comerciantes que sus ahorros lo utilizaban para comprar un edificio o varios. Entonces, entre el dinero que le escondían al fisco, el efectivo que se manejaba en abundancia y lo que se querían ahorrar, iban adquiriendo inmuebles, que eran el único patrimonio que no se evaporaba. Precisamente los inmuebles no eran dinero en efectivo, ni máquinas (las cuales se deprecian muy rápidamente)…
Todo eso cambió en los primeros años de la década de los 90. Creo que el gobierno entendió que eso iba a pasar en el país y la Ciudad de México, ya que como capital, siempre se va un poquito delante del resto de los estados, y mucho de lo que aquí pasa después se refleja en Guadalajara, Monterrey y en otras ciudades…
…se avecinaba un boom inmobiliario…”
En este texto, Jorge Gamboa explica que las áreas que alguna vez se consideraron como industriales como la colonia Guadalupe Tepeyac donde se encontraba la ensambladora de Ford o Chrysler, ubicada en Lago Alberto esquina con Mariano Escobedo, tuvieron que trasladarse a las “orillas” de la ciudad o incluso otros estados de la república, por temas de la contaminación y porque no tenían suficiente espacio para crecer.
Aspectos como lo mencionado en el párrafo anterior, dieron paso a la formación de zonas como Polanco, las Lomas o Santa Fe.