Han quedado en el pasado algunas barreras que impedían el acceso a cierto tipo de inversiones, o que incluso eran para cierto perfil o grupo de personas.
Actualmente nada te impide invertir, pues existen muchas opciones en el mercado que se adaptan a tu perfil de inversión. Y esto debido (gran parte), a todo un movimiento que ha dado mayor acceso a servicios financieros: la industria fintech. Que podría definirse como la suma de financial + technology, donde muchas pequeñas empresas quieren cambiar la forma en la que entendemos los servicios que ofrece la banca y se apoyan totalmente por la tecnología.
En otras palabras, hoy existen muchas más opciones para solicitar créditos, ahorrar y hasta invertir y no necesariamente tienes que acudir a un banco.
Hoy, hay pequeñas empresas que ponen a nuestro alcance esos servicios, e incluso llega a ser mucho más sencillo, ya que en algunos casos no necesitas cumplir con tantos requisitos para poder participar.
Por ejemplo, para solicitar un crédito personal, algunas empresas fintech ofrecen mejores plazos, para pagar intereses mucho menores que los bancos.
En temas de ahorro, han salido diversas aplicaciones móviles que te orientan y ayudan a gestionar tu dinero para que poco a poco, hagas el hábito de guardar el dinero y en un futuro, darle un mejor uso.
Del lado de las inversiones, existen algunas muy accesibles y tan variadas, que van desde prestar dinero a otras personas y ganar por los intereses generados, hasta colocar tu capital en proyectos inmobiliarios y obtener excelentes rendimientos.
Sí, todo lo anterior está al alcance de tus manos y a unos cuantos clicks gracias a la tecnología.
Y después de esta breve introducción, si te llamó la atención eso de crecer tu dinero a través de las inversiones, te recomendamos considerar algunas cualidades que debes tener para invertir, o en todo caso, si las tienes, deberás reforzarlas y así estarás listo/a para cualquier reto.
Esas cualidades son:
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- Ser constante. Invertir es una práctica que necesita continuidad. No puedes sólo dejar tu dinero en un lugar y olvidarte. Por lo que tendrás que revisar frecuentemente las inversiones que hagas y darle un buen seguimiento.
- Arriesgarse. Debes atreverte, probar cosas nuevas, sino de otra manera no aprenderás cómo funcionan los negocios. Toma cursos, talleres, busca conferencias, pláticas, etc. Un consejo clave en este punto es aprender a diversificar. Si has escuchado el conocido dicho de: “No pongas todos los huevos en una canasta”, entonces entenderás de lo que hablamos. El riesgo no es malo, lo malo es no saber en qué estás invirtiendo, lo cual nos lleva al siguiente punto.
- Alimentar la curiosidad. Porque mientras más sepas de un tema, mejor puedes calcular y predecir los resultados que obtendrás. Así que investiga y no te dejes llevar por esa idea de “que todo va a estar bien” sin tener un solo argumento que lo sustente. Recuerda que entre más información tengas sobre dónde pondrás tu dinero es mucho mejor.
- Firmeza. Si ya decidiste dar el paso e invertir, no te arrepientas, pues las ganancias serán mucho mejor y definitivamente no lamentarás lo que aprendiste.
- Paciencia. Una inversión requiere de tiempo, pues tu dinero debe crecer y eso tarda un poco, así que a esperar se ha dicho.
- Confianza. Y por último pero no menos importante, confianza. Porque nadie hace algo pensando en que va a fracasar ¿cierto? Muchas veces, lamentablemente, esa confianza es solo alimentada por optimismo ciego. No lo permitas. Si ya cuentas con suficiente información y crees que es suficiente para dejar tu dinero trabajando, entonces confía en tu instinto inversor.
Ahora que tienes bien claras estas cualidades, ponlas en marcha. Empieza por 1 o 2 y después práctica las demás. Atrévete a invertir y te aseguramos que los resultados comenzarán a darse solos, pero hazlo.
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