“El emprendimiento no es ni una ciencia, ni un arte. Es una práctica”.
Peter Drucker
El 16 de abril se celebra el Día Mundial del Emprendimiento, un evento anual que hace notar el espíritu empresarial y promueve su importancia para el crecimiento económico y la innovación; así que aprovechamos la oportunidad para compartirte algunos de los conceptos esenciales para el emprendimiento. Una lista de competencias y habilidades probadamente necesarias para enfrentar un proceso que naturalmente estará lleno de retos: desde la generación de la idea, cruzando hasta el punto en el que podamos contar con un equipo, delegar responsabilidades holgadamente, e incluso expandirnos.
El concepto de espíritu empresarial nos ha acompañado casi desde siempre, pero no fue sino hasta la Revolución Industrial, en los siglos XVIII y XIX, cuando se marcó un cambio significativo en el espíritu empresarial, a raíz del surgimiento de las fábricas y la producción en masa. Más adelante, en el siglo XX, surgiría un nuevo tipo de emprendimiento: uno centrado en la innovación y la tecnología, desarrollado por figuras revolucionarias como Thomas Alva Edison o Steve Jobs. Mientras que hoy, el espíritu empresarial continúa evolucionando de la mano de las nuevas tecnologías y modelos comerciales.
Sin embargo, contrario a la primera impresión, las razones por las cuales una persona –o un grupo de personas– inician un negocio, no necesariamente tiene como único objetivo el crear riqueza. Es común que sus acciones también estén inspiradas en la emoción por desarrollar una idea, un producto o servicio que resuelva un problema, que satisfaga una necesidad en el mercado, o cree impacto social.
De hecho, la vocación por el emprendimiento puede considerarse una profesión en sí misma, en el sentido de que requiere amplio conocimiento y un cúmulo de habilidades para atacar diversos frentes de forma simultánea, además de la experiencia suficiente para planear, operar y hacer crecer un negocio. No es poca cosa.
Ahora te preguntarás, ¿cuáles son esas cualidades indispensables para emprender exitosamente?
Te lo explicamos a continuación:
1. Visión y Razón de ser: tener una visión clara del proyecto es fundamental, pues será la guía para la toma de decisiones y mantendrá el foco en los objetivos. Una visión bien delineada y consistente puede atraer a otros a unirse a la misión del emprendedor, incluidos empleados, socios, inversionistas y clientes, compartiendo la motivación por la cuál se está intentando transformar una realidad.
En última instancia, es la visión la que provee el impulso necesario para asumir los riesgos que implica el emprendimiento y para perseguir sus objetivos con disciplina y determinación.
2. Creatividad: que resulta clave en el desarrollo de soluciones innovadoras, en la identificación de nuevas oportunidades comerciales y para la creación de una propuesta de valor única que logre diferenciarlos de la competencia.
Asimismo, los emprendedores deben ser creativos para identificar y resolver problemas, muchas veces complejos y desafiantes. Deben poder pensar fuera de la caja y producir ideas originales que deriven en verdaderas soluciones; en el punto máximo, el emprendedor puede utilizar su creatividad para convertir los obstáculos en oportunidades.
3. Resiliencia: otra característica indispensable en un emprendedor. Imaginemos planear y arrancar un negocio y, aunado a ello, tener a costa la responsabilidad de hacerlo crecer. Este proceso, en la mayoría de los casos, será demandante e impredecible, así que debemos poder adaptarnos rápidamente a las circunstancias, mantener la voluntad de superar los obstáculos y perdurar.
Es tener la capacidad de subirse a la tabla de surf, caerse, levantarse de nuevo y volverlo a intentar hasta lograr el objetivo.
4. Comunicación: solo los emprendedores que hayan cultivado esta habilidad podrán transmitir de manera efectiva su visión e ideas a los demás. La comunicación es fundamental para construir relaciones, para motivar e inspirar a los equipos, para vender productos o servicios, y atraer inversores. Las habilidades de comunicación efectiva pueden ayudar a los empresarios a generar confianza y credibilidad entre las partes interesadas, y crear una imagen de marca sólida.
5. Innovación: los avances tecnológicos y los cambios en el comportamiento del consumidor han creado nuevas oportunidades para el emprendimiento. El auge del comercio electrónico, las redes sociales y la economía colaborativa como el crowdfunding han abierto los mercados y creado nuevos modelos de negocio que no eran posibles en el pasado.
La innovación es un propulsor clave del espíritu empresarial, ya que permite mejorar procesos y operaciones, experimentar para desarrollar nuevos productos o servicios – además de hacer evolucionar los ya existentes – para diferenciarse de la competencia y crear valor para sus clientes.
Peter F. Drucker, uno de los pensadores de gestión más influyentes del siglo XX, escribió sobre este tema en su artículo The Discipline of Innovation (1998), en el que analiza la importancia de este recurso para impulsar el crecimiento económico y la competitividad.
6. Enfoque en el cliente: una visión imprescindible en cualquier negocio pues, a través de este, tenemos la oportunidad de cerrar el círculo virtuoso del emprendimiento. Cualquier esfuerzo que hayamos hecho en el pasado para asegurar el éxito, no habrá valido la pena si no logramos reconocerlo. De hecho, la idea de ofrecer “el mejor servicio” es tan poderosa que se han acuñado términos como el customer obsession, que involucra pensar, antes que en cualquier otra cosa, en las expectativas de los clientes, en comprender sus necesidades para ofrecer un solución a la medida y con altos estándares de calidad.
En resumen, no cabe duda que el viaje hacia el emprendedurismo no es para cualquiera, pues requiere de mucho esfuerzo y compromiso. Seguro nos enfrentaremos a dificultades, a momentos de tensión y… a la fatiga. Pero, al tiempo en que es intrincado, complejo, ser emprendedor también es muy gratificante. Nos acerca a lo que nos apasiona, expande nuestros horizontes, y nos abre la puerta para crear valor en el mundo.
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Crédito fotográfico: Miguel Ángel Miquelena