“No busques oportunidades, busca problemas. Y si encuentras un problema, tendrás una oportunidad para resolverlo y crear un negocio”.
Sam Walton
En nuestra entrada anterior exploramos los básicos del emprendimiento: visión, creatividad y resiliencia, entre otras, que son cualidades indispensables para iniciar y desarrollar un negocio de manera exitosa. Y, aunque contar con esos recursos sería una indiscutible ventaja, esto sería solo el comienzo.
Para hacer realidad un proyecto de emprendimiento tendremos que realizar una secuencia de acciones, de cuyo proceso conviene tener claridad. Hoy hablaremos de la primera etapa de ese proceso, en particular de cómo generar una idea de negocio viable y qué aspectos considerar a la hora de planificar.
Enfrentar la página en blanco
¿Cómo generar una buena idea de negocio? ¿Existe una fórmula? Probablemente no. Afortunadamente, con lo que sí contamos es con amplio conocimiento alrededor de esta noción, el cual te permitirá estar mejor preparado al acercarte al problema.
Aquí dispondremos varios conceptos para comenzar, pero recuerda que podrás echar mano de estos recursos también para refrescar el conocimiento de tu negocio en diferentes momentos del camino.
Fase 1: Ideación
Primero, identifica un problema que requiera una solución y que pocos, o solamente tú, hayan visto. Piensa en cosas cotidianas que enfrentas o que alguien más pueda enfrentar. Una vez que identifiques un problema, busca soluciones creativas y rentables para resolverlo. Pregúntate, ¿hay algo que pueda mejorar o simplificar para las personas a mi alrededor? ¿Hay algo que se pueda hacer de manera más eficiente?
Observa tu entorno: presta atención a lo que sucede, identifica las tendencias y necesidades emergentes en el mercado y piensa en cómo puedes usarlas a tu favor. Levantar un negocio con base en las necesidades reales de los consumidores asegura, en alguna medida, el éxito del mismo.
Identifica tus habilidades y fortalezas: haz una lista de ambas. Pregúntate, ¿tienes habilidades de diseño gráfico, o experiencia en ventas? ¿Quizás a menudo empatizas con la gente y crees poder capitalizarlo? Se trata de observar, tú mismo, o con el apoyo de quienes te conocen, qué es aquello para lo que tienes destreza y definir cómo podrías aplicarlo en un negocio.
Haz una lluvia de ideas: desata tu imaginación y escribe todos los conceptos que se te ocurran, incluso los que parezcan absurdos. No juzgues tus ideas, solo déjalas fluir. Complementa buscando inspiración en otras empresas o en las nuevas tecnologías. Deja un registro de tus ideas, es posible que lo que no tenga sentido hoy, pueda ser interesante en el futuro.
Comunícate con otras personas: comparte tus ideas con amigos, familiares o mentores. Pregúntales su opinión y si tienen alguna sugerencia. Hablar con otras personas te ayudará a integrar diferentes perspectivas para robustecer tu concepto. También puedes conversar con expertos en el campo que te interesa, como consultores de negocios o empresarios exitosos, para confirmar la viabilidad de tus ideas.
Si deseas ir más a fondo en el conocimiento de este proceso, te recomendamos consultar Generación de modelos de negocio, de Alexander Osterwalder e Yves Pigneur, una de las guías esenciales para entender paso a paso los modelos de negocio y la innovación.
Es importante destacar que el proceso de generar una idea de negocio debe encararse con toda seriedad pues, si se toma a la ligera, se corre el riesgo de perder tiempo, dinero y esfuerzo en una idea que no tiene posibilidades reales de éxito.
Fase 2: Planificación
Supongamos que ya has definido tu idea de negocio, ¿qué pasa después? Para hacerla realidad necesitarás un plan y una estrategia comercial sólidos.
En principio tendrás que diseñar un modelo de negocio, esto es, deberás responder a la pregunta ¿cómo voy a generar ingresos? Para ello será crucial identificar a tu público objetivo, la propuesta de valor que ofrecerás, el producto o servicio que pondrás a disposición y cómo es que este se entregará. Estos preceptos se convertirán en el eje rector de todas tus acciones posteriores.
A continuación, será indispensable crear un plan de marketing para promocionar tu producto o servicio. Llevarás tu ejercicio de observación, el de la fase de gestación de tu idea de negocio, un paso más adelante hasta convertirlo en una investigación de mercado; a través de esta podrás asegurarte de que tu idea de negocio es viable. En esta etapa, además de identificar las necesidades del mercado, se evaluará detalladamente a la competencia — oferta, precios, calidad, etc. —, al tiempo que se detectan amenazas del entorno empresarial y las oportunidades para diferenciarte.
Con base en la información anterior, determinarás tus necesidades y podrás transitar a la creación de un presupuesto de marketing que incluya los costos de publicidad, eventos, y cualquier otra actividad de marketing que planees realizar para promocionar tu marca.
Seguidamente vendrá una de las fases críticas: la creación del plan financiero. Esta parte del proceso es fundamental pues, a través de él, se hacen proyecciones financieras, incluyendo los costos iniciales, los gastos operativos y las proyecciones de ingresos. Será el momento de comprobar con números la factibilidad de tu proyecto, así como de determinar cuánto recurso deberás tener disponible para materializar tu emprendimiento.
Para culminar, una vez que hayas definido el modelo de negocio, el plan de marketing y el plan financiero, deberás crear un plan operativo. Esto implica la identificación de los recursos necesarios para operar el negocio, la creación de un plan de producción o de servicio, la definición del proceso de entrega y la creación de un plan de gestión de la cadena de suministro.
Sabemos que todo este proceso puede sonar imponente, pero es indudablemente necesario para garantizar una buena parte del éxito futuro de tu emprendimiento. La planeación te permitirá avanzar con rumbo fijo, con una estrategia clara para trabajar de manera eficiente y enfocada en tus objetivos, así que no olvides ponerla en práctica.
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